Homenaje a la escritora María Teresa León Goyri
Hoy desde #ATBmarzo se hace un homenajes a una mujer, dedico la entrada a una mujer excepcional.
Su perfil biográfico nos acerca a sus ideales, a su actitud respecto al papel que debía desempeñar la mujer en los cambios que experimentaba el país.
Hoy desde #ATBmarzo se hace un homenajes a una mujer, dedico la entrada a una mujer excepcional.
María Teresa León Goyri Nació el 31 de Octubre de 1903 en Logroño. Fue una escritora incorporada dentro de la Generación del 27. Se enfrentó a crítica y convenciones sociales debido a que fue una mujer comprometida con el tiempo que le toco vivir.
Hija del coronel Ángel León y de Oliva Goyri. En su educación contribuyo su tía María, que había sido una de las primeras mujeres españolas en conseguir un doctorado en Filosofía y Letras; dando clases en la Universidad española.
Estudió en la Institución Libre de Enseñanza y se licenció en Filosofía y Letras. De este modo, se educó en un ambiente culto, este periodo la marcó y definió durante el resto de su vida.
María Teresa León tuvo impedimentos por su interés en continuar los estudios más allá de lo convenidos, unos catorce años. Así, tras sus primeros tropiezos con compañeras a causa de sus lecturas consideradas en la época ‘poco edificantes’, fue expulsada del Colegio de Monjas, entre otras rebeldías, según afirmaba ella misma, por persistir en realizar el bachillerato.
Contrajo matrimonio todavía muy joven, con tan solo 17 años con Gonzalo de Sebastián Alfaro, fruto de ese matrimonio tuvo sus dos hijos. En esta época publicó artículos en el Diario de Burgos bajo el seudónimo Isabel Inghirami y posteriormente con su propio nombre. En 1928, realizó un viaje a la Argentina, y al año siguiente publicó sus primeras obras: Cuentos para soñar y La bella del mal amor. En 1929 conoce a Rafael Alberti y rompe su matrimonio, ya que conoció a su gran amor, para marcharse con el poeta a Mallorca, casándose en 1932 por lo Civil. Una de las primeras colaboraciones de Alberti para María Teresa León son las ilustraciones para su tercer libro, una colección de cuentos llamada Rosa Fría. Es en este momento cuando la Junta para la Ampliación de Estudios postulo a María Teresa León para estudiar el movimiento teatral europeo y comenzaron a viajar por diversos países europeos.
Estas experiencias le permitieron contar con un tema para sus escritos, que fue aumentando después con una docena de artículos, publicados en El Heraldo de Madrid en 1933. Participa en la fundación, junto con Rafael Alberti, de la revista Octubre, en la que publicará su obra Huelga en el puerto (1933).
En 1934 la pareja volvió a la Unión Soviética donde asistieron al Primer Congreso de Escritores Soviéticos. Con el estallido de la Revolución de Asturias de 1934 aumento su actividad política y social, viajando a los Estados Unidos, para recaudar fondos para los obreros damnificados.
El golpe de estado que da inicio a la Guerra Civil les coge en Ibiza, de donde logran escapar en aventurera peripecia. Vuelven a instalarse en Madrid en plena guerra y María Teresa pasa a ejercer el cargo de secretaria de la Alianza de escritores Antifascistas. Fundan la revista El Mono Azul. Sus vivencias en el Madrid bélico serán reflejadas más tarde con gran intensidad en dos novelas: Contra viento y marea y Juego limpio, esta última de gran carga dramática, cruda e intensa, con importantes notas autobiográficas en la que narra el día a día de un grupo de actores. María Teresa fue subdirectora del Consejo Central del Teatro, y puso en pie, ya como autora, ya como actriz o como directora, importantes empresas teatrales en la España republicana.
Participó en la confección del Romancero de la Guerra Civil dedicado a Federico García Lorca, así como en la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, llevando a cabo una intensa actividad de animación cultural y literaria en los frentes de batalla, y tratando de salvar el patrimonio nacional, como el tesoro sacro de Toledo y el traslado de los fondos pictóricos del Museo del Prado y de El Escorial a Valencia (junto con otros intelectuales, artistas y literarios de la Generación del 27 como Rosa Chace y su marido Timoteo Pérez Rubio). Rafael Alberti, su marido escribió al respecto una obra intitulada Noche de guerra en el Museo del Prado.
También participó en el II Congreso de Escritores Revolucionarios en 1937, celebrado en Madrid y Valencia. Durante la contienda su trabajo se centró en el teatro, desempeñando el cargo de subdirectora del Consejo Central del Teatro, promoviendo distintas iniciativas, siendo responsable de "El Teatro de Arte y Propaganda" y posteriormente de "Las Guerrillas del Teatro" en el Ejército del Centro puso en marcha diversas empresas teatrales. Trabajó tanto como dramaturga, como directora de escena e incluso esporádicamente colaboró como actriz; fue codirectora de Los Títeres de cachiporra de Federico García Lorca y La cacatúa verde, de Arthur Schnitzler; también dirigió La tragedia optimista, del autor ruso Vsevolod Vichnievsky y también realizó, la dirección y participación como actriz en la versión de Numancia, de la que se encargó el propio Alberti. Igualmente dirigió y participó en una obra de Alberti: Cantata de los héroes y la fraternidad de los pueblos. Otras de sus aportaciones al mundo del teatro es la fundación de "El Cine, Teatro, Club de la Alianza de Intelectuales Antifascistas".
Pero con el final de la guerra y la derrota republicana tuvo que exiliarse, en un primer momento a Orán, a Francia, luego a Argentina e incluso a Italia. Vivieron en París hasta finales de 1940, realizando traducciones para la radio francesa Paris-Mondial y trabajando como locutores para las emisiones de América Latina.
En Argentina residieron durante veintitrés años, naciendo allí su hija Aitana. Es en Argentina donde adquiere la madurez de su prosa, como remate de una evolución que se inicia con los primeros cuentos de corte tradicional en los años veinte, pasando por una etapa vanguardista tras conocer a Alberti, y sigue con un realismo socialista a partir de la República. Sus padres llegaron a Buenos Aires el 2 de marzo de 1940 y junto a ella partieron a Roma 23 años después, el 28 de mayo de 1963, donde establecieron su residencia en Roma (es aquí donde se perfila su obra Memoria de la melancolía). Es en ese momento cuando el matrimonio Alberti inicia nuevamente viajes a Europa y realizan su primer viaje a China, tras el cual escribe en 1958 junto a Rafael Alberti, Sonríe China.
Con la llegada de la democracia, Rafael Alberti y María Teresa León vuelven a España el 27 de abril de 1977, allí será afectada por el Alzheimer, es ingresada en un sanatorio de las cercanías de Madrid en el que morirá el 13 de diciembre de 1988.
Palabras que repetía durante su exilio: "Estoy cansada de no saber dónde morirme""No sé quién solía decir en mi casa: hay que tener recuerdos. Vivir no es tan importante como recordar. Lo espantoso era no tener nada que recordar, dejando detrás de sí una cinta sin señales. Pero qué horrible es que los recuerdos se precipiten sobre ti y te obliguen a mirarlos y te muerdan y se revuelquen sobre tus entrañas, que es el lugar de la memoria. A la memoria del sonido sigue la de los colores, la del tacto. Se mezclan para no tener piedad con nosotros."
María Teresa León "Memoria de la melancolía”