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Sendero de estrellas, de Marta Renato 

Sendero de estrellas, de Marta Renato
Sendero de estrellas, de Marta Renato

Sendero de estrellas, de Marta Renato 

Sinopsis

Una joven curandera lucha contra las supersticiones en pleno siglo XVI.

La protagonista convertirá el conocimiento de las plantas y sus fines medicinales en su gran pasión.

Una brillante novela histórica, el debut de una joven autora de Barcelona.

En el siglo XVI, en una aldea en las tierras fronterizas de la Cerdanya, zona de paso de peregrinos y sanadoras que venden sus remedios curativos, una niña, Núria, es rescatada por una curandera albina, Adaleda, convencida de que es la aprendiz que esperaba, la destinada a transmitir en el futuro las recetas y sortilegios del libro de El legado, escrito en una lengua extraña.

Cuando Núria crece se convierte en una joven que posee amplios conocimientos botánicos y trata de acercarse a la ciencia que pueden brindarle médicos y boticarios, pero se verá inmersa en el centro de una persecución instigada por un eclesiástico sin escrúpulos, al que se enfrenta Feliu, un párroco honesto.

Un joven estudiante de medicina, Guim, se convertirá con el tiempo en su gran amor, con el que debe sortear peligros y enfrentarse a la furia desatada por la superstición.

«-¿Por qué nos hemos despertado tan temprano? -se quejó la niña.

-Porque las hierbas recogidas durante la noche de San Juan, justo antes del amanecer, tienen más virtudes curativas que en ningún otro momento del año respondió Núria. Y, además, traen suerte.

Cuando el sol asomó en el horizonte, el prado se llenó de brillos.

Entonces, las mujeres regresaron a las aldeas con parsimonia para retomar las tareas cotidianas».

Formato: Rústica
Tamaño: 15 x 23 cm
Núm. de pág.: 512
PVP: 22,90 €
ISBN: 978-84-19638-53-3
Categoría: Novela histórica

Los Protagonistas

NÚRIA: al inicio de la novela tiene diez años y es una niña huérfana que ha perdido la memoria. Es acogida por Adaleda como aprendiz y descubre que le apasiona ayudar a los enfermos y aprender nuevos remedios.
Durante la novela realiza un viaje de crecimiento personal y transición de niña a adulta.

ADALEDA: curandera albina que vive oculta en una cueva y que combina en sus remedios hechizos y magia.
Sabia y excéntrica, tiene alrededor de cuarenta años al principio de la historia. Su mayor obsesión es
perpetuar las enseñanzas que le legó su maestra y tiene miedo de que se repitan las persecuciones que
sufrió en el pasado.

FELIU: sacerdote destinado a Melers de Cerdanya. Al inicio de la novela es joven, entregado, afable y algo
inseguro respecto a sus habilidades. Teme no ser aceptado por los habitantes de la aldea y permanecer el
resto de su vida aislado en los Pirineos.

GUIM: el segundo hijo de un cirujano rural que aspira a convertirse en médico. Abandona su hogar para
perseguir este sueño y conoce a Núria, con quien inicia una relación amorosa.

CLIMENT: el antagonista. Segundón en una familia noble. Es secretario del obispo, hasta que lo ascienden a arcediano. Ambicioso, inteligente y manipulador. Está obsesionado con conseguir méritos para escalar en la jerarquía de la Iglesia mediante la caza de brujas y detesta a aquellos que no le muestran respeto.

Frases destacadas del libro

● «Una a una, todas las mujeres se levantaron y se esparcieron por el prado. Recogieron malva, llantén,
tomillo y hierba de San Juan. Al poco rato, el rocío de la mañana había empapado los zapatos de Núria y el bajo de su falda. En el margen del prado, Jacina recogía borraja seguida de su hermana, que se frotaba los ojos.
-¿Por qué nos hemos despertado tan temprano? -se quejó la niña.
-Porque las hierbas recogidas durante la noche de San Juan, justo antes del amanecer, tienen más
virtudes curativas que en ningún otro momento del año respondió Núria. Y, además, traen suerte.
Cuando el sol asomó en el horizonte, el prado se llenó de brillos.
Entonces, las mujeres regresaron a las aldeas con parsimonia para retomar las tareas cotidianas».

● «Núria, arrodillada sobre el cojín desgastado del reclinatorio, temblaba. No sabía si era por el frío, el miedo o ambas cosas. Observó el feo retablo y las pinturas de santos enmarcadas en oro. Eran figuras deformes, de rostros ladeados con un ojo mayor que el otro y expresiones poco realistas. En los meses anteriores había pasado varias horas allí plantada mientras acompañaba a Joana en sus plegarias. Siempre había pensado que el pintor era poco hábil, pero ese día la sensación fue distinta: le pareció que todos los santos la miraban con recelo, de reojo, como si sospecharan el secreto que ocultaba».

● «-Pensé que no nos veríamos nunca más, así que me alegro de que nos hayamos encontrado de nuevo.
-Espero que algún día podamos olvidar aquello. En cuanto te fuiste empecé a echarte de menos».

Autora

Marta Renato. Nació en Barcelona en 1987, cursó Biología en la Universidad de Barcelona y se doctoró en Biología Vegetal. Vive en Barcelona y trabaja realizando tareas de comunicación científica y gestionando becas para investigadores. Ha publicado numerosos artículos en prestigiosas revistas científicas.

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