Descubre la entrevista a JC. Sánchez – Escritor
Hoy entrevistó al escritor JC. Sánchez, es Madrileño y es un enamorado de las letras.
Biografía
José Carlos Sánchez, nació un 27 de agosto de 1976 en Madrid. Es licenciado en Derecho y máster y postgraduado en Gestión deportiva y Derecho del deporte.
Es un enamorado de las letras desde que tiene uso de razón. Siempre le ha gustado leer y, sin duda, esta afición desembocó desde pequeño en el gusto por crear historias en un papel, Cuando estaba en edad escolar, esas historias se transformaban en pequeñas obras de teatro, que acababa representando en clase junto a sus compañeros.
Escribió su primer libro de poemas: El Versador de Sueños en 2002. Lo publicó tras la lectura de uno de ellos en la radio, en el programa Hablar por hablar de la Cadena SER. Muchos oyentes y la presentadora le animaron a hacerlo.
En ese momento comenzó la aventura de escribir versos, relatos e historias. Hace ya diez años de eso, y ahora continuo mi viaje con la web y su blog.
Entrevista a JC. Sánchez – Escritor
1. Podrías decirnos ¿Qué significa el término literatura para ti?
Si tuviera que elegir una de las acepciones que recoge el diccionario, me quedaría con la de “arte que utiliza la palabra como medio de expresión”. Evidentemente, para mí significa mucho más que un medio de expresión. Es algo necesario en el día a día. Se convierte en la válvula de escape, la manera en la que te sientas algunos minutos a solas contigo mismo y con los mundos y realidades que creas. Una forma de cambiar aquellas cosas que no me gustan. Mi ámbito privado en el que decido cómo, cuando y de qué manera se hacen las cosas. El rincón más personal y propio de mi mismo que decido compartir con el mundo en forma de historias. La manera más honesta y pura de comunicación con el ser humano que conozco. A pesar de lo que muchos puedan pensar, la literatura tiene mucho de verdad pero hay que saber buscar en el interior de las narraciones y leer bien entre líneas. Hoy día, me temo, que nos gustan las cosas fáciles y en la mano. Si un texto nos obliga a pensar o recapacitar un poquito sobre determinados aspectos de la vida, tendemos a rechazarlo y categorizarlo de manera negativa. Yo huyo de lo fácil.
2. ¿Qué estabas haciendo para decir quiero publicar mi libro?
Si te soy sincero, no lo recuerdo. De hecho esta razón no ha sido, ni es, la que me mueve a escribir. Quizá sí que hubo un momento en mi vida en el que pensé que me gustaría compartir con el mundo lo que pensaba y lo que me preocupaba. Creo que es un acto de generosidad, una manera de compartir lo más personal como decía antes.
Me motivó esa necesidad de debate, si lo quieres decir así. Es como una reunión de amigos en la que te sinceras sobre un determinado tema. Pero es cierto que sufres un proceso hasta que te decides a compartir lo que escribes con otras personas. Hasta que estás completamente seguro de que quieres exponerte a las miradas y opiniones de mucha gente. Que eres lo suficientemente fuerte o lo suficientemente libre cómo para que la batería de comentarios, tanto negativos como positivos, no te afecten demasiado ni en un sentido ni en otro y continúes haciendo lo que de verdad amas. Si no eres capaz de hacerlo es que, a lo mejor, no amas tanto escribir.
3. ¿Qué significan las palabras para un escritor?
Pienso que quedó respondido al principio. La palabra es fundamental. Es el elemento de transmisión. Algún compañero o compañera dirá que es la herramienta de trabajo. Yo soy menos realista y un poco más poético, quizá.
Las palabras son como el barro para el escultor con el que poder moldear la idea que bulle en su cabeza. No podríamos dar forma a esas historias sin ellas.
Y en nuestro idioma tenemos tantas y todas ellas tan bonitas… aún hoy me sigue resultando imposible abarcarlas todas. Me sigo sorprendiendo y aprendiendo nuevas formas de denominar acciones o de describir cosas. ¿Puede haber un trabajo más bello?
4. ¿A qué público es más fácil escribir?
No creo que haya públicos fáciles o difíciles. Igual que no considero que haya géneros más sencillos o más complejos. En mi opinión el público no debería ser quién determinase tu manera de transmitir una historia. Si consideras que necesitas, te apetece, escribir sobre un tema y este va dirigido a un sector concreto de la población, perfecto. Si tu siguiente obra tiene por objeto una preocupación que encaja con los intereses de otro sector, muy bien también.
Creo que tendemos a encasillarnos demasiado en esta sociedad y tiempos que vivimos. No me gustan ni los plazos a la hora de escribir, ni que nos encasillen a los escritores o escritoras por haber llevado a cabo una obra en un determinado formato.
Creo que podemos fluctuar y navegar por distintas aguas sin necesidad de tener que hacerlo siempre por las mismas vías.
Si me preguntas por mi opinión respecto a lo que me genera más dificultad en este momento para escribir, te diría que el público infantil. Creo que es uno de los más exigentes, sino el más. Si algo no le gusta ten por cierto que dejará de leer y no le importará ni cómo te llames ni el currículo que te asiste. Además, por supuesto, de la exigencia de un tono y un lenguaje muy particular para trasladar una historia. Admiro a los compañeros que realizan literatura infantil. Son muy necesarios en nuestra sociedad.
5. En tu opinión ¿Qué es mejor que te publiquen o auto publicarse?
Esto es tanto como responderte a la pregunta de “¿A quién quieres más a papá o a mamá?” Creo que hay obras para ambas opciones. No estoy de acuerdo con la opinión que circula por ahí de que las obras autopublicadas son bazofia. Hay obras muy buenas, muy bien escritas y tratadas con mucho mimo y cariño. La crisis nos trajo un enorme flujo de profesionales del sector editorial que se fueron a la calle y tuvieron que buscarse la vida de forma autónoma. Esto ha concedido a los escritores la posibilidad de encontrar correctores, lectores cero, maquetadores, ilustradores etc muy profesionales con los que hace unos años era impensable contar. Como consecuencia disfrutamos en las plataformas digitales de novelas excepcionales como pueden ser las de Juan Gómez Jurado, David B. Gil, Enrique Laso o tantos otros compañeros y compañeras. Los mismos que han acabado dando el salto a la edición tradicional con sellos muy importantes tras obtener un gran éxito de crítica y público.
Ambas opciones pueden y deben coexistir perfectamente. Si las editoriales no quieren apostar por ciertas obras de escritores/as, me parece muy bien que los autores y autoras podamos tener otras vías para llegar al público.
6. ¿Cuándo tiene un escritor la inspiración?
Te diría lo mismo que respondía Picasso cuando le hicieron una pregunta parecida: “Si llega la inspiración, que me pille trabajando”.
No tengo ni idea de lo que opinarán el resto de compañeros, pero me atrevo a aventurar que casi todos te responderían algo similar.
No me gusta esa idea, un tanto romántica, de atribuir el enorme trabajo y dedicación que hay detrás de la creación de una novela a algo tan vago y subjetivo como es la idea de la inspiración. Parece que el talento, el esfuerzo, el estudio, la planificación… no hubieran tenido nada que ver en todo eso. Como si el escritor o escritora fuera un mero transmisor de una intervención divina.
Obviamente, y por contestar un poco a tu pregunta, te diría que hay horas en las que trabajo mucho mejor. Bien por la mañana temprano cuando nadie se ha levantado aún y apenas hay ruido. Bien por la noche por los mismos motivos.
Cada día que pasa soporto menos el ruido, los gritos desagradables y los sonidos del implacable avance tecnológico.
7. ¿Es verdad que los escritores tienen musa?
Te voy a decir que no pero porque lo voy a llevar al plural jajajaja.
Los escritores estamos en continua acción de observación. Cualquier persona, conversación, gesto, puede ser utilizado y llevado a una escena, a la creación de un personaje, al desenlace de una trama. Cualquiera.
Por supuesto, hay personas que motivan ciertos escritos, palabras más cercanas, íntimas, intensas. Lógico. Podría citar grandes autores que mantuvieron correspondencias muy interesantes en el pasado con personas de su entorno y que hoy son joyas. Recuerdo, así de pronto, las cartas de Joyce, Sartre y Beauvoir… los poemas de Lope a alguna amante, los de Becquer…en fin.
8. ¿Con qué sueñas como escritor?
Pues con algo que en este país es, tristemente, muy difícil: vivir de lo que escribo. Así de duro y así de directo.
Tenemos una generación de escritores y escritoras maravillosa. Poseen formación, ganas, ideas, pasión y toda la fuerza del mundo para dedicarse a esta profesión y acompañar, generando emociones en el lector, durante muchos años. Y tan solo están a la espera de una oportunidad por parte del público y por parte del sector.
Me duele un poco cuando escucho decir a compañeros veteranos aquello de “No te engañes, en este país de escribir no se vive”. Tengo que asentir en silencio y darle un sorbo a mi café. Sueño con ser parte de un cambio en ese paradigma.
9. ¿Cómo te distes a conocer?
No estoy seguro de que se me conozca. Jajajaja. Supongo que las redes sociales nos han abierto una ventana al mundo en esta época. Los círculos literarios, las ferias, las presentaciones de otros compañeros, sesiones de jam, recitales… todo ayuda y nada es suficiente para completar esa idea de ser “conocido”.
Tampoco es algo que me preocupe demasiado. Si parte de esa idea ocupa algo de mi tiempo es, únicamente, porque mi obra llegue a más lectores.
El Versador de Sueños: Versos a través del tiempo
10. ¿Las críticas como sientan al leerlas?
A nadie le gusta leer críticas destructivas sobre su obra. Todos queremos levantarnos al día siguiente de haber publicado y tener una reseña maravillosa de tu novela en un medio de comunicación importante de parte de un crítico.
En mi caso, y sin negar lo anterior, te diré que me importa más la opinión de mis lectores y lectoras. La opinión sincera que te llega en forma de comentarios a través de las redes sociales o por correo electrónico.
Reconozco que hasta el momento no me cuesta gestionarlo personalmente porque no son muchas, pero son las que me importan de verdad. Formar parte de determinados procesos es una responsabilidad y todo un honor. Creo que esa conexión que se llega a formar entre escritor y lector es lo más maravilloso de este camino.
No obstante hay que tener la cabeza en su sitio y no dejarse influir ni por las negativas ni por las positivas. Mantener la mente fría y continuar trabajando.
11. ¿Un personaje de un libro que hayas leído y te sientas identificada con él?
Se antoja difícil responder a esta pregunta. Por supuesto no voy a decirte ningún personaje de los míos porque estaría descubriendo cosas de mí que no me apetece sacar a la luz. Por otro porque hay muchísimos con los que me he sentido identificado en un momento u otro de mi vida. Fíjate que hasta llegué a empatizar con el famoso Bateman de American Psycho jajajaja. Pero me voy a quedar con Hamlet, el príncipe de Dinamarca. Y también con Don Alonso Quijano.
12. ¿Qué te inspira a escribir?
No voy a ser muy original en esto. Me motiva, más que me inspira, las grandes pasiones humanas. Me motivan las preguntas que están por responder. El famoso “Y sí…” Si las cosas hubieran sido de otra manera en el pasado. Si no nos han contado toda la verdad. Que creo que es evidente este punto. Todo eso abre un amplio abanico de posibilidades para crear historias y fantasear.
13. ¿Con qué personaje literario te tomarías una taza de café y por qué?
¡Madre mía! Ojalá fuera cierto El Ministerio del Tiempo de Olivares. Hay tantos. No sé. Oliver Twist, El Capitán Alatriste, Aliena, Iago, tanto el personaje de Otelo como el de Las puertas del paraíso. Nicasia es otro de los personajes con los que me gustaría charlar. Bastián y Atreyu. Preguntarle a Frodo Bolsón tantas cosas. Darle un par de guantazos a Harry Potter…no sé, muchos.
14. Si pudieses encerrar a un personaje en el manicomio, ¿elegirías a alguien?
En un manicomio probablemente no, pero en una sala acolchada para tener unas palabras si que metería a Bernarda Alba por ejemplo. O con Adega Beira de Mazurca para dos muertos…
15. Si pudieras ser el protagonista de un libro ¿De qué libro te gustaría ser?
Me hubiera gustado ser el protagonista de La sonrisa Etrusca, Salvatore Roncone. O Jack Builder de Los pilares de la Tierra. O quizá Lulú de Las edades de Lulú…
16. Si pudieras darle un consejo a un escritor que empieza, ¿cuál sería?
No soy quién para dar consejos a nadie. Básicamente porque considero que aún estoy en un proceso de aprendizaje que, casi con seguridad, durará la práctica totalidad de mi carrera.
Si nos fijamos en la idea de que tengo una edad y, por tanto, se me supone una experiencia te diría que lo mejor que puedo decirle a nadie es que no se rinda. Que tenga en cuenta que es un camino largo, duro, lleno de sinsabores, muy complejo pero al mismo tiempo verdaderamente apasionante. Si quiere escribir, lo hará. Si verdaderamente quiere escribir, lo hará. Y todo lo que gire a su alrededor no será más que ruido.
17. Para los que no te conocen, háblanos sobre tu último libro
Mi última novela está aún en ese proceso de incertidumbre que es encontrar la editorial adecuada para ser mostrada al mundo. Eva, mi agente, está haciendo un grandísimo trabajo y estoy convencido de que en breve voy a poder dar excelentes noticias a mis lectores y, sobre todo, lectoras que me preguntan casi a diario cuándo va a ser publicada.
Se titula “Cuando tomábamos café”. Está ambientada en el año 1969 en Madrid, concretamente en el barrio de Malasaña. Está narrada por una mujer joven de provincias que llega a Madrid para servir en la casa de dos hermanas. Una de ellas, la mayor, es profesora, directora de la residencia de estudiantes e investigadora del CSIC. La otra es secretaria del ministro de comercio del gobierno de Francisco Franco en el momento que estalla el caso Matesa, uno de los mayores casos de corrupción de la dictadura franquista.
Viven encima de uno de los cafés más emblemáticos de Madrid en el cual se celebraban tertulias literarias y se daban cita personas del mundo de la cultura de manera habitual.
Se narra un triángulo amoroso y la decadencia del negocio, además de un complot urdido por Adela, una vecina que odia a las hermanas, para encarcelar a la menor.
Pretendo hablar de personas. De las dudas que residen siempre en nuestro interior. De esa dualidad que habita en todos y cada uno de nosotros. Plantearse sueños está muy bien, siempre que se tengan los pies en el suelo. Y que tener los pies en el suelo es necesario, pero no debe ser un muro que nos impida conseguir aquello que nos hace felices.
18. ¿Crees que leer poesía es importante? ¿Por qué crees que la poesía no se lee más?
Para los escritores, mucho. Creo que leer poesía te concede un sentido del ritmo importante a la hora de escribir otras disciplinas. Igual que leer teatro te entrena en la escritura y la agilidad de los diálogos. Es importante leer, imbuirse de ese pensamiento abstracto y de las posibles imágenes que plantea el verso. Quizá estoy equivocado, pero bajo mi punto de vista la introspección y el calado que se consigue con la poesía me resulta complicado obtenerlo con la prosa.
Con respecto a la segunda cuestión que me planteas, no sabría darte razones. Si lo supiera, casi con total seguridad, hubiera conseguido un mayor número de lectores para mis poemarios. No ha sido el caso. No obstante, creo que hay una nueva generación de poetas y poetisas que están consiguiendo llegar hasta un público muy joven. Eso es bueno. No digo que sea lo que a mí me gusta, pero creo que es meritorio que gente como Defreds, Marwan, Carlos Salem, Elvira Sastre, Loreto Sesma o Leonor Antón.
Aún así, me sigue dando pena que poetas como Benjamín Prado, para mí un maestro, tengan peores cifras de ventas. Eso demuestra una vez más que nuestra sociedad no está muy por la labor de pensar.
Entrevista realizada con la colaboración de @vicentevelert
Bueno, pues aquí concluye la entrevista, muchas gracias J. C. Sánchez por colaborar con “Munduky”
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