Entrevista a Francisco J. Tapiador (Escritor)
Gracias a Bibiana Ripol, podéis tener acceso a esta entrevista
Entrevista con Francisco J. Tapiador - Escritor
«Los prejuicios nos impiden analizar la realidad y ver lo mejor de las personas»
- La primera frase de la novela desvela el final ¿Por qué recurrió a este recurso literario?
Para crear tensión e interesar al lector. De todas formas, tener esa información desde la primera línea no destripa la novela. Nada es lo que parece.
- Indagar en la mente de los personajes del libro resulta fascinante ¿Se ha inspirado en personajes reales?
En parte, sí. Varios personajes se basan en personas. Claro que ninguno de ellos ha hecho nada de lo que cuento en el libro; las situaciones y los hechos que relato son inventados.
- ¿Por qué ha escogido la ciudad de Los Ángeles para ambientar esta novela?
Me fascina la ciudad y su entorno. He pasado allí largas temporadas durante muchos años, y adoro aquella parte del país, a pesar de que, objetivamente, la ciudad tiene todas las papeletas para que me desagrade. Es sucia, disfuncional, fea, desorganizada, el tráfico es horroroso, y todo lo que quieras. A mi mujer, por ejemplo, no le gusta, pero yo no puedo evitarlo, adoro Los Ángeles.
- Detecto una crítica encubierta a la facilidad que tienen los estadounidenses para comprar armas.
Quiero invitar a la reflexión, sí, aunque el tema de las armas no era para mí central. El que se puedan comprar armas es una característica más del país de la que me he aprovechado para la trama. Desde la perspectiva europea, es algo llamativo, desde luego.
- Su novela tiene un tema implícito, algo que no se acaba de explicitar, pero alrededor lo cual gira toda la obra.
Estoy de acuerdo, sí, aunque para mí el aspecto artístico de la novela es quizá más importante. Si hubiera que elegir el tema de la novela, sería la tolerancia.
Estoy de acuerdo, sí, aunque para mí el aspecto artístico de la novela es quizá más importante. Si hubiera que elegir el tema de la novela, sería la tolerancia.
- ¿Qué le fascina y que detesta de EEUU?
Me fascina su concepto de libertad, la construcción del espacio, cómo se organizan la vida y la idea que tienen de la responsabilidad individual. Esta noción de que tienes que tomar las riendas de tu vida, y que no debes esperar que nadie te ayude. La posibilidad de llegar adonde quieras con tu trabajo y tus capacidades.Adoro el país, pero detesto el tema racial. Lo que se le ha hecho a la comunidad negra no tiene nombre. Es algo que me resulta muy triste.
- ¿Cómo afectan a una sociedad los prejuicios de sus habitantes?
Los prejuicios nos impiden analizar la realidad y ver lo mejor de las personas. Nos perdemos la posibilidad de conocer a individuos maravillosos al dejarnos llevar por ideas que han metido en nuestra cabeza y por aplicar ‘moldes’ a la gente. Con un poco de esfuerzo, entendiendo que todas las personas son diferentes y todas valiosas, e indagando un poco más en lo que está detrás de las apariencias, nuestra vida sería mucho mejor.
- ¿Quién es más tolerante, Europa o EEUU?
Es difícil de decir, depende mucho del nivel educativo. La gente que lee, la bien formada y educada es más tolerante en todos los sitios.
- Míster Señor Brown ¿Por qué tituló así su novela?
Es una anécdota real: a la persona en quien se basa el personaje sus alumnos le empezaron a llamar Míster Señor X. En la novela se cuenta el porqué; es una historia muy divertida. Me resultó curioso, y creo que es un buen título. Míster Brown es el protagonista de la historia, por otra parte, y por tanto parecía una buena idea titularla así.
- ¿Cuál fue su objetivo al publicar la novela?
Quería ver qué pasa cuando se sitúa a una persona educada en una situación que para ella es imposible, qué resortes se disparan, y por dónde puede salir esa persona. El asunto del acoso laboral y de los jefes tiránicos era un buen marco para explorar. Por otro lado, quería entender mejor algunos aspectos de la vida americana. La novela tiene varios niveles, y uno de ellos es que puede entenderse como una metáfora de la sociedad estadounidense.
- ¿Es esta una novela cinematográfica?
Creo que sí lo es, aunque como dice el editor en la contraportada, creo que sería imposible llevarla al cine. Es muy dinámica, y se lee muy bien, pero tiene una serie de giros que hacen que no sea posible rodarla. Esto lo hice adrede; quería mostrar con ello que la novela es una forma de arte muy valiosa y que tiene algo único que aportar a la vida de cada uno.
- ¿Qué es para usted una novela?
Creo que una buena novela es una simulación de un aspecto de la vida. Es algo parecido a lo que hacemos los físicos con la naturaleza como. En clima definimos unas variables físicas, establecemos unas condiciones de contorno y otras iniciales, y hacemos evolucionar al sistema en el tiempo. El resultado nos enseña algo sobre la naturaleza. En una novela, ponemos a unos personajes con unas características dadas en un lugar y un tiempo, bajo unas circunstancias, y aplicamos las ‘leyes’ de la novela. Si se hace bien, el resultado es bello en sí mismo, y además, a veces, nos enseña algo sobre el aspecto que queremos explorar. Lo maravilloso es que podemos hacer eso muchas veces, lo que es como vivir muchas vidas.
- Es inevitable preguntarle por ‘la muerte de la novela’
Creo que goza de buena salud. Se publican muchas tonterías prescindibles, pero también obras magníficas, como las de Auster, Ford, Pynchon, Franzen, Chirbes...La novela es una herramienta insustituible para vivir muchas vidas en una, y así ser más feliz. En ese proceso de meternos en personajes, de explorar diferentes mundos, podemos aprender algo que no se puede aprender de otra manera.
- ¿Por qué escribe?
Escribo para encontrar lo mejor de mí. Me ayuda a conocerme; a mí mismo y al mundo, y también me sirve para vivir con más plenitud. Leer, es decir, vivir una simulación metiéndose en un personaje es algo estupendo; pero diseñar uno mismo el experimento –siguiendo con el símil científico— es aún mejor. Aunque lleva tiempo y esfuerzo, claro.
- ¿Cuál es el mejor piropo que le puede echar un lector?
Que he conseguido que aprecie la literatura; que al leerme le han entrado ganas de leer cosas parecidas. También, que he logrado que se plantee algo en lo que no había reparado.
- ¿Cuáles son sus autores de referencia?
Muchos, aunque creo que no comparto rasgos con ninguno de los que más me han influido o que más aprecio. De Delibes tomé el consejo literario que me ha resultado más útil: el de que escribir es poner una frase detrás de otra. Borges me hizo amar la literatura. Franzen me produce un enorme placer al leerlo, creo que ha logrado trasladar al inglés la gracia de la prosa romance. Chirbes era un escritor fabuloso, canónico. Martín Gaite es profunda y me enseñó mucho sobre cómo escribir bien en castellano; Tolstoi me dio pistas sobre cómo ocultarme a favor de la trama. Ramon J. Sender me influyó mucho al principio, quizá porque lo leí muy joven. Su Réquiem es una novela corta perfecta. Proust me fascinó, y vuelvo a él una y otra vez; me gusta leerle, lo siento. Pynchon tiene muchas lecturas y muchos planos, es metafóricamente muy rico, y eso es fascinante. Orwell derrocha inteligencia y capacidad de penetración. Shakespeare es de otro mundo; es capaz de crear eso que yo llamo un ‘modelo’. Yourcenar es poderosa, también. En cuanto a poetas, Yeats, sobre todo, y Dámaso Alonso. También Luis Alberto de Cuenca, Amalia Bautista, Luisa Castro, León Felipe, TS Eliot, Garcilaso… muchísimos. Hay algunos con los que casi puedo mantener una conversación mental.
- Aváncenos algo sobre la novela que publicará en septiembre…
Es una novela que de alguna manera retrata una época y una sociedad. Se desarrolla fundamentalmente en España. Gira alrededor del poder y la responsabilidad, y se llamará “Emily o los juegos de poder”. Es más larga y compleja de Míster Señor Brown. La he estructurado como un artículo científico para hacer explícito lo que comentaba antes sobre los modelos.
Gracias a Bibiana Ripol por permitir Transcribir al Entrevista, una manera de conocer al autor.