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Se estrena ‘Las cartas de amor no existen’, un film de Jérôme Bonnell

Se estrena 'Las cartas de amor no existen', un film de Jérôme Bonnell
Se estrena 'Las cartas de amor no existen', un film de Jérôme Bonnell

Se estrena 'Las cartas de amor no existen', un film de Jérôme Bonnell

El  francés Jérôme Bonnell se adentra desde el humor, huyendo de los tópicos, en los miedos a la ruptura sentimental. Una carta a una ex es el elemento utilizado para proponer una oda al amor propio.

Grégory Montel (Perfumes), Anaïs Demoustier (Los consejos de Alice) y Grégory Gadebois (Delicioso, Todo ha ido bien) protagonizan esta comedia de enredo cargada de ironía y buenas dosis de realidad.

Tras su paso por el 25 Festival de Málaga, Elamedia Estudios estrenará en España esta película producida por Diaphana Films con la participación de Canal + y Ciné + y MK2 Films.

Todo aquel que se haya enfrentado en algún momento de su vida a una ruptura sentimental la ha tenido entre sus manos, la ha empezado a escribir, la ha terminado de escribir o, al menos, se la ha imaginado: “esa carta”… que nadie sabe si servirá para arreglar la situación o empeorarla. Una apuesta a ciegas que, sin embargo, acaba siendo un acto de redención para el que la escribe.

El director de El tiempo de los amantesJérôme Bonnell, utiliza “esa carta” para crear en torno a ella el argumento de su último film: Las cartas de amor no existen, una comedia ‘made in’ Francia que, sin embargo, huye de los tópicos parisinos y los clichés sobre el amor acostumbrados a ver desde la perspectiva masculina. Una película cargada de ironía y grandes dosis de realidad, la misma que nos golpea y seguimos sin ver aún estando frente a frente.

Todo aquel que se haya enfrentado a ella, sabe también que “esa carta” deja al descubierto las costuras. Jonas, el personaje al que Bonnell pone a escribir compulsivamente “esa carta”, está abocado a hacer una introspección y un ejercicio de empatía durante un intenso día en el que, desde una sencilla cafetería en la que parece olvidarse de sus obligaciones, expone y explora sus miedos, el más terrible, el miedo a la soledad. Un día en el que también conoce los miedos de los otros y otras perspectivas desde las que ver el futuro y el amor.

Las cartas de amor no existen

Director: Jérôme Bonnell
Guion: Jérôme Bonnell
Producción: Michel Saint-Jean
Producción ejecutiva: Anne Mathieu
Música original: David Sztanke
Fotografía: Pascal Lagriffoul
Jefe de producción: Thomas Paturel
Ayudante de dirección: Haïga Jappain
Sonido: Laurent Benaïm, Marion Papinot,
Emmanuel Croset
Montaje: Julie Dupré
Reparto: Grégory Montel, Anaïs
Demoustier, Grégory Gadebois, Léa
Drucker, Nadège Beausson-Diagne, Pablo
Poly
Una producción de Diaphana Films
Con la participación de Canal+, Ciné+,
Cofimage 31, Palatine Etoile 17, Cinécap
3, MK2 Films

Sinopsis

Jonas, parisino de cuarenta y tantos, sigue locamente enamorado de su ex, Léa.
Después de una noche de borrachera, llama a su puerta para confesarle sus sentimientos pero Lea le rechaza. Despechado, acaba en la cafetería de debajo de su casa y comienza a escribirle una carta de amor, olvidando
todo lo que tenía que hacer ese día.
Con la ayuda de un divertido camarero y algunos vecinos del barrio, Jonas se enfrentará a sus relaciones pasadas, a un futuro incierto y sobre todo, a sí mismo.

Lo que empieza siendo un último intento de recuperar a su ex, se convertirá en toda una reflexión sobre su vida.

LAS CARTAS DE AMOR NO EXISTEN | Tráiler en español 

Entrevista con el director

¿Cómo nació la idea de hacer la película?

Se juntaron las circunstancias y las ganas que tenía en ese momento. Había escrito una película que no se pudo hacer por falta de financiación (entre tanto se convirtió en una serie del canal Arte). Entonces decidí hacer
un proyecto menos costoso que supiera que iba a poder llegar a cabo. Por otra parte, me planteaba muchas cosas sobre mi trabajo, sobre el consumo desenfrenado de imágenes y de información, que hace
que el lugar del cineasta sea cada vez más difícil de identificar.

Por eso empecé a buscar en los fundamentos del cine, quería tratar de
cuidar tanto lo que se mostraba como lo que no. Tuve la idea de hacer una película sobre lo que está fuera de cámara: en lo temporal, lo geográfico o precisamente en la pasión amorosa. Un hombre se queda atrapado en el mismo lugar todo un día, sin parar de pensar y autoconvencerse de
que está a punto de irse. Y sin embargo, se queda… En realidad es una alegoría del estado de enamoramiento, en el que nos creemos lúcidos y capaces de todo y a la vez conscientes de que nos hace demasiado
daño, pero no podemos parar. Porque en realidad no hay que convencer tanto a los demás, sino más bien a uno mismo.

Además, esta historia tiene relación con mi película Le Temps de l’aventure, en la que retrataba a una mujer a través de todo un día, y quise plantearme cuál sería el resultado retratando a un hombre en el mismo lapso de tiempo. Me gustó la idea de que fuera mi primera película “de hombre”.

Hasta entonces me había escondido detrás de personajes femeninos, lo cual era para mí una manera más agradable de ser más libre y de sentirme protegido. Para contar la historia de un hombre tenía que verme más expuesto, pero ya era hora…

¿Cómo fue el desarrollo de la escritura?

Quería una película sencilla, pero con una historia con la suficiente fuerza para que el espectador se pudiera imaginar la relación pasada entre Jonas y Léa, aunque no se vea en pantalla. Que se pueda imaginar la serie de rupturas y reconciliaciones que han vivido, porque está claro que no es
la primera vez que rompen y vuelven. Se entiende que han estado juntos dos o tres años, en un espectáculo de idas y venidas.


Al final esto desemboca en una situación algo cruel: cuando acaba dejando a su mujer, su amante ya no quiere estar con él, cansada de haber esperado demasiado.

¿Referencias?

Siguiendo la idea de rodar mi primera película masculina: el western es el género por excelencia que cuestiona el hombre y el espacio. A menudo son historias cortas, contadas en una sola unidad de tiempo y de espacio, a veces todo ocurre en una sola calle. He visto muchos westerns, de manera
algo ansiosa, y supongo que esto me ha influenciado: he tenido ganas de volver a lo que hacía en mis primeras películas, usando planos generales con varios personajes, en lugar de usar muchos primeros planos. Esto
permite una mayor fidelidad con el espacio, con la distancia emocional entre los seres que lo habitan.

El western también pone en cuestión la virilidad, que es central en esta película. Es curioso ver que tras esos aires de fragilidad, Jonas es en realidad muy viril, y es incluso más sorprendente que escriba esta carta, ¡a él mismo le sorprende!

Se pone en cuestión la virilidad, que es central en esta película.

Mi declaración de intenciones en el guion empieza por la frase siguiente: “No es glorioso ser un hombre”. Quería cuestionar la fragilidad de lo masculino, la insoportable indecisión de los hombres, tema demasiado
poco tratado en el cine, a parte, tal vez, de La piel suave de Truffaut.

Aquí mi personaje tarda demasiado en dejar a su mujer, en irse con su amante y alejarse de su socio corrupto. Es la historia de un hombre que lo hace todo demasiado tarde… Por volver al tema de los westerns,
la figura del hombre dulce como James Stewart o Glenn Ford, enfrentado a
situaciones violentas y viriles siempre consigue tener un efecto emotivo.

¿Cómo han transformado los actores a estos personajes?

Quería que el actor que interpretara a Jonas me llevara a un lugar desconocido, que se ocupara de hacer un autoretrato.
Detrás de sus aires distraídos, con los que podría identificarme, Grégory Montel es muy impetuoso, y eso me encanta.

Él trabaja en el presente, tiene una manera muy animal de apropiarse del papel y de las situaciones. Y nos ha llevado a todos con él.

En el guion, el papel de Léa era mucho más fogoso por su inconsistencia. Anaïs
Demoustier ha sabido volverla más compleja y misteriosa. Es impresionante porque, aunque se hable casi todo el tiempo de ella, aparece muy poco en la película.
Se pone en cuestión la virilidad, que es central en esta película.
En el vestuario también hemos querido alejarnos de algo que hiciera pensar en la femme fatale o alguna fantasía de ese tipo porque la idea era que la verdadera pasión es más común y está presente en miles de vidas. Que fuera cantante nos permitía oírla cantar sin verla, jugar con la presencia y la ausencia. Y yo no tenía ni idea pero al final resultó que Anaïs hace canto lírico y ¡es su voz la que se oye en la película!

El jefe de la cafetería, interpretado por Grégory Gadebois, es un personaje
interesante, es difícil definir la relación que tiene con Jonas… Vemos en él una autoridad y una dulzura inesperadas. Es como una figura paternal. Su calma se opone al nerviosismo de Jonas. Se podría pensar que en su vida amorosa, ya ha vivido algo parecido, lo que explicaría su empatía.
Pero sobre todo su interés se centra en el gesto literario, podría ser una fantasía suya la de ser escritor.

Grégory Gadebois es maravilloso, tiene algo muy poderoso en él, muy contradictorio incluso, puede ser muy femenino.

La interpretación de Léa Drucker, en el papel de la ex-mujer de Jonas, también es excepcional. Aunque solo tenga una escena, lo hace de manera muy sútil. Me impresionó mucho, solo tenía un día de rodaje, empezamos a las 7 de la mañana en Gare de l’Est, había estado trabajando en
otro papel el día anterior y volvía a hacerlo esa misma noche. Tenía ocho páginas de texto y fue muy generosa e inventiva.

¿Qué nos puede decir de la música compuesta por David Sztanke?

Me gusta mucho su trabajo, sobre todo en las primeras películas de Mikhaël
Hers. Después de largas investigaciones hemos decidido inspirarnos del poema de Schumann que canta Anaïs para crear un solo de piano. Me encanta el resultado, es una música que transmite tanto alegría
como tristeza, en función del estado en el que la escuchamos. David también nos hace escuchar mucha música chula en el café, entre las cuales podemos encontrar desde viejas canciones de su grupo
Tahiti Boy hasta canciones especialmente compuestas para la película.

¿Se trata de una comedia romántica?


Por supuesto. Incluso podríamos decir simplemente que es una comedia. También es una película sobre el tiempo, el tiempo que se estira y se acorta a lo largo de todo este día. Una película sobre el miedo también, el de los hombres. Este miedo espero haberlo mostrado. Al final de este
día, llega la esperanza de un renacimiento, vemos que Jonas ha dado un gran paso. Y nunca llegaremos a leer su carta.

Jérôme Bonnell

Después de estudiar en la Universidad de cine de París, Jérôme Bonnell da sus primeros pasos como director en 1999 con FIDEL, un cortometraje que marca el inicio de una larga colaboración con la actriz Nathalie Boutefeu. Después de otros dos cortos, tiene sólo 23 años cuando dirige su primer largometraje, Chignon d’Olga agridulce comedia familiar que ganó premios en el Chicago film Festival.


En 2005, su película Les Yeux clairs, se alzó con el Premio Jean Vigo. Ha trabajado con una gran cantidad de actores, entre ellos Nathalie Boutefeu, Florence Loiret-Caille, Marc Citti, Judith Rémy y luego se sumaron
Jean-Pierre Darroussin presentes en sus dos siguientes películas.

FILMOGRAFÍA

Director-guionista
2015 À TROIS ON Y VA I Drama, 86’
2013 LE TEMPS DE L’AVENTURE I Drama, 104’
2009 LA DAME DE TREFLE I Drama, 99’
2007 J’ATTENDS QUELQU’UN I Drama, 95’
2005 NOUS NOUS PLUMES I Cortometraje, 12’
2005 LES YEUX CLAIRS I Drama, 87’
2002 LE CHIGNON D’OLGA I Drama, 96’
2000 LISTE ROUGE I Cortometraje, 12’
2000 POUR UNE FOIS I Cortometraje
1999 FIDÈLE I Cortometraje, 5’

“Una grata sorpresa. Comedia dramática sencilla y directa, de una
delicadeza encantadora”
PABLO VÁZQUEZ - FOTOGRAMAS

Gregory Montel

Grégory Montel nació el 20 de septiembre de 1976 en un pueblo del sur de Francia, donde se apasiona desde muy joven por el teatro.

Antes de convertirse en actor quería ser abogado y llegó incluso a terminar la carrera de derecho. Después se instaló en París donde frecuentó el Cours Florent y el taller de la actriz Hélène Zidi. En el 2000 debuta en televisión gracias al telefilm Si c’était lui…

La pequeña pantalla le ha ofrecido bastantes oportunidades que le han convertido en un rostro conocido del público francés e internacional, con series como Vive la colo! en 2012 y con su papel protagonista en la
exitosa serie Call My Agent! galardonada con el Emmy Internacional a la Mejor Comedia.

En paralelo, su carrera cinematográfica empieza en 2008 con algunos cortometrajes hasta que en 2012 es nominado al César a Mejor Actor Revelación por su papel en L’air de rien. Desde entonces podemos verle en
papeles tanto cómicos como dramáticos como L’Heure de la Sortie, Les Parfums, Les Chatouilles o Moi maman, ma mère et moi.

Anaïs Demoustier

Avalada por la crítica como uno de los rostros jóvenes del cine francés con más proyección internacional, Anaïs Demoustier nació en la ciudad de Lille un 29 de septiembre de 1987. Es allí donde inicia sus estudios de arte dramático, más concretamente en el Lycée Thérèse d’Avila. Pero es un talento precoz, y su debut en el cine llega en 2000, en Le Monde de Marty.

Tenía apenas 13 años y ya se hablaba de ella como una de las nuevas perlas del cine galo. Filma a las órdenes de Haneke en El tiempo del lobo y será Les grandes personnes de Anne Novion la cinta que la consagre entre las grandes gracias a la nominación al César como Mejor Actriz Revelación.

Repite candidatura dos años después con D’amour et d’eau fraîche. Las nieves del Kilimanjaro, Ellas, Luces de París, El cumpleaños de Ariane, Una nueva amiga,
Algo celosa, La casa junto al mar, Gloria Mundi, Los consejos de Alice y Salvar o Morir, entre otras, harán el resto en los años
sucesivos.

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